En el mundo, 270 millones de vacas lecheras producen más de 650 millones de toneladas de leche anualmente. Este enorme volumen de producción de leche significa que las vacas lecheras, que son inteligentes, empáticas y afectuosas, soportan condiciones incómodas y estresantes que no satisfacen ni siquiera sus necesidades más básicas.

La imagen tan familiar de la vaca lechera feliz es parte de una estrategia de publicidad y marketing que es utilizada para vendernos productos lácteos. La realidad de la vida de una vaca lechera es otra razón por la cual tiene sentido cambiar a deliciosas alternativas de leches vegetales.

La producción de la leche

Las vacas lecheras son criadas para maximizar la producción de leche, el rendimiento promedio de leche por vaca ha aumentado dramáticamente a lo largo de los años. Mientras que los terneros requieren alrededor de 8 litros de leche por día para un crecimiento saludable, las vacas lecheras modernas en granjas industriales producen hasta 50 litros por día o tanto como 12.000 litros de leche por año. Producir leche a este ritmo es físicamente agotador comparable a que un humano corra una maratón y media por día.

Las vacas en las granjas lecheras experimentan problemas de salud como cojera, desnutrición, e infecciones dolorosas como mastitis que es una inflamación de la ubre, debido generalmente a equipos de ordeñe y lechos contaminados. Esto es una de las razones por las que las vacas son regularmente tratadas con antibióticos.

La esperanza de vida natural de una vaca es de 15-20 años, pero las vacas lecheras comerciales generalmente se sacrifican una vez que disminuye su producción de leche, entre 4 años y medio y 6 años de edad. Las vacas que no pueden concebir o no producen suficiente leche son asesinadas a una edad aún más joven. Las vacas son aturdidas hasta quedar inconscientes con una pistola de aturdimiento, pero para muchas vacas esto no es efectivo y están conscientes a lo largo de todo el calvario.

Vacas en su estado natural

Las vacas son seres inteligentes, curiosos y emocionales. En condiciones naturales, viven en rebaños de alrededor de 20 vacas, junto con sus crías, y establecen jerarquía sociales claras. Les gusta pasar la mayor parte de su tiempo pastando varios kilómetros al día.

Las vacas tienen recuerdos a largo plazo y construyen amistades cercanas y de por vida, aprenden unas de las otras y lloran la pérdida de amigos y familiares. Las vacas madres tienen un fuerte vínculo con sus terneros. Son físicamente afectuosas con sus crias y cuidan de sus terneros junto a otras hembras del rebaño. Como los humanos, las vacas producen leche para alimentar a sus crías.

¿Vacas en "libertad"?

Toda vaca es un individuo social con sus propias necesidades: espacio, pasto para pastar, y hacen comunidad junto a otras vacas. La realidad de la vida en las granjas lecheras es muy diferente. Si bien las condiciones de vida varían, incluso las vacas alimentadas a pasto o “criadas en libertad” solo pueden tener acceso a pastar durante un máximo de cinco meses al año, viviendo vidas aisladas en instalaciones o cubículos por el resto del mismo. Las vacas que se ven pastando en los campos generalmente son ganado de carne o vacas lecheras antes de su primer parto.

Condiciones de vida

En el otro extremo las vacas experimentan un intenso hacinamiento en interiores. En muchas granjas lecheras comerciales, las vacas viven en establos estrechos restringidas con cadenas o sogas. No pueden caminar, girarse, acicalarse, mirar hacia los costados, o interactuar naturalmente con otros miembros del rebaño.

Es una práctica común que las vacas lecheras vivan en cubículos de 3,4 a 4 m2, con áreas para descansar, caminar, comer y ordeño. La mayoría de las veces el suelo de los cubículos están hecho de listones de hormigón que son resbaladizos y estresantes para que las vacas se muevan.

Las vacas también pasan por un doloroso procedimiento de descornado generalmente sin anestesia. Los cuernos de las vacas crecen para comunicarse entre los miembros del rebaño pero la mayoría de los granjeros modernos quitan los cuernos a los terneros para ahorrar espacio y reducir el riesgo de que las vacas se lastimen entre ellas debido a sus estresantes condiciones de vida.

Los terneros y sus madres

Como todos los mamíferos las vacas producen leche después de parir. Cada año son inseminadas a la fuerza para así mantener el alto nivel de producción de leche. Después de nacer las crías son quitadas de sus madres a las pocas horas. Esto es una experiencia profundamente traumática tanto para el ternero como para su madre quien será nuevamente inseminada seis u ocho semanas después de parir.

Terneros hembras son aisladas en corrales durante las primeras ocho semanas de vida y pasan el resto de sus vidas produciendo leche para la industria láctea. Los terneros machos y hembras “excedentes” son vendidas comúnmente a granjas de engorde donde ganan peso hasta que sean asesinadas y vendidas como carne de ternera. Una porción significativa de la carne de ternera producida en la Unión Europea proviene de razas lecheras.

Una alternativa más amable

Quienes trabajan con vacas pueden dar fe de su rica vida emocional. Como seres sintientes, deberían tener el derecho a una vida libre de sufrimiento innecesario. Es desgarrador observar que, en la Unión Europea, no existe una legislación específica sobre el bienestar del ganado. Con tantas alternativas deliciosas de productos a base de plantas, no hay razón para apoyar la demanda de consumo de productos lácteos.